sábado, 24 de marzo de 2012

¿Que embocadura le pongo a mi caballo?

Esta, es la pregunta del millón, existe una obsesión desmesurada, sobre este aspecto, que no sin razón tiene su importancia. Contestar para mí esta pregunta, a veces se convierte en todo un laberinto, pues como le transmito yo en un corto espacio de tiempo a una persona sin formación ecuestre, que el caballo debe llevar lo mínimo en la boca. Esto se complica aún más, si cabe, si la persona en cuestión, esta obsesionada por esos bocados antiguos que se utilizaban en el campo antiguamente, y que en su día y para las faenas con el ganado, ciertamente, si tenían su lógica. Asimismo, esto lleva aparejado el uso de la serreta, también una herramienta valida, pero para esos caballos cruzados que debían ser domados en poco tiempo, para así estar prestos a desarrollar su trabajo en la ganadería de sol a sol, y bregando con el ganado, tanto manso, como bravo. Estos bocados (depresores) con desvenos de vértigo, entre otras cosas, frenaban a un caballo, haciendo la raya, pero insisto, en el campo, con el ganado, eran herramientas de trabajo en los cortijos y comían para desarrollar un trabajo y vivían para eso.
La doma de un caballo esta fundamentada,( para el ocio, o la doma clásica) hacia una sumisión de este, no violenta y sin maltrato alguno hacia el animal, esto es posible, y de hecho la equitación razonada así lo contempla. La boca de un caballo es sagrada, en los términos de que no se le haga daño al animal, para ello se debe trabajar haciéndole desarrollar una gimnasia periódica con la cual desarrolle su físico adecuadamente y siguiendo la técnica de la equitación clásica, preparándole tanto física como psiquicamente y lentamente encauzarlo al posicionamiento que deberá adoptar en los ejercicios de niveles superiores.
"Cuanto más hierro haya en la boca del caballo, más lejos se esta del arte."
Cuando un jinete, fundamenta la equitación solo en las manos, deberá plantearse seguir practicando la equitación, existen otras ayudas de importancia, el peso, las piernas, el pensamiento.
Por mucho hierro que le metamos a un caballo en la boca, si no hay piernas, ni colocación del cuerpo, ni razón, nunca habrá equitación, y lo peor de todo es que además tendremos caballos alterados, incómodos y resabiados, caballos que solo pensaran en la defensa como ultima opción a causa del malestar que están sufriendo a causa de las acciones inexpertas de sus jinetes.

"El jinete no puede dominar al caballo, si no se domina así mismo."

Básicamente, se puede decir que el objetivo del bocado es que, cuando se usa conjuntamente con las demás ayudas combina las funciones de volante (en parte) y de freno. Lleva implícito el control. esta incompleta definición es, seguramente, la única aceptada de un modo generalizado, no obstante se puede ampliar.
El bocado, tenga la forma que tenga, actúa primordialmente rigiendo la impulsión de las piernas y del asiento, lo cual, por sí sólo, incitará una mayor activación de las patas traseras y una flexión máxima de las articulaciones. El bocado remansa la energía así creada, o la libera según sea preciso, acortando o alargando el perfil del caballo, (mas o menos reunión).
Además canaliza la dirección del impulso hacia delante procedente de los cuartos traseros cuando se pide con alguno de los cinco efectos de la rienda.
Sus efectos son más o menos eficaces según la energía (impulsión) creada. Sin impulsión el caballo se convierte en un barco sin viento; la falta de viento en las velas y la ausencia de movimiento hacia delante hacen que no tenga sentido ninguna acción sobre el timón.
Partiendo de esta base, la acción del bocado se puede definir:
1- Ayuda en los cambios de dirección, bien a partir de la linea recta sobre una mano o sobre la otra, bien cuando se hace que el caballo se mueva de lado. esto es así cuando se aplica en combinación con la pierna y la alteración de la distribución del peso corporal.
2- Actúa regulando el paso y efectuando transiciones de uno a otro aire, cuando se aplica "a continuación" de la acción de las piernas.
3- Actúa con las ayudas del cuerpo y las piernas para inducir alteraciones en la reunión, es decir, acortando o alargando el perfil del caballo.
Para comprender el lugar del bocado en la combinación de ayudas y utilizarlo eficientemente, uno tiene que darse cuenta de que la cabeza y el cuello se mueven independientemente del resto del cuerpo. No determinan la posición de las espaldas, las cuales, por el contrario, están conectadas directamente a los cuartos traseros en los que se origina la dirección del movimiento. El caballo va allí donde apuntan los cuartos traseros.
Los cambios de dirección se preparan en primer lugar con la posición de las caderas y son ejecutados después por la cabeza (en respuesta a la acción del bocado) que dirige el movimiento.

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