martes, 27 de marzo de 2012

Los Maestros Clásicos

Los maestros de las escuelas clásicas del Nápoles del renacimiento heredarón las tradiciones hípicas de Bizancio, una escuela de monta fundada allí por un grupo bizantino en 1134, el cual basaba su adiestramiento en el circo bizantino. Cuando el primero de los maestros clásicos del renacimiento, Federico Grisone, fundó su escuela de Nápoles en 1532, sus enseñanzas provenian de Jenofonte, no habia duda, pero tambien de la tradición bizantina, que tenia una influencia ineludible de la equitación de la Edad Media.
Grisone y muchos de sus seguidores, utilizaban bocados de freno muy severos, muchos de los más complejos diseñados por el propiuo Grisone. Empleaban sistemas que en el siglo XX, se condenarian por increiblemente crueles. El énfasis se ponia en corregir continuamente con breves momentos de "caricias".
De hecho, la recompensa no era mucho más que una interrupción del castigo - pero era la época del potro de tortura y del aplastadedos, cuando los herejes eran desollados vivos o con un poco de misericordia, quemados en la hoguera.
Sin embargo, Grisone insistia en preservar la suavidad y la sensibilidad de la boca de una manera que podria resultar extraña para el jinete moderno, imbuido de la filosofia del contacto constante (y a veces tenso). Grisone, naturalmente tambien buscaba el contacto, pero preferiblemente con el peso de la rienda. esta es la diferencia que separa la forma artistica representada por la escuela clásica de la equitación de la doma moderna, que más que un deporte es un arte. Los maestros de los siglos XVII y XVIII preservarón como un ideal (el Santo Grial del arte ecuestre) una ligereza extrema de manos, ejecutando los movimientos más avanzados con la rienda sutilmente floja.
Esto continuó siendo dogma en las escuelas ibéricas de España y Portugal, cuna del arte clásico, donde todavia se puede contemplar. El último maestro, Nuno Oliveira, fue un sublime exponente de la equitación de escuela practicada como un arte y un espectaculo; ¡todavia hoy hay jinetes en España y Portugal que aumentan la fuerza del bocado añadiendo una pieza de plata de una pulgada a la ligera rienda de cuero enrollada para hacerla más pesada!. Si alguien se presentara cabalgando un caballo con tan ligero contacto, los jueces actuales de Doma penalizarian al animal por ir detras del bocado y no en el bocado. (Tal hubiera sido, la reacción moderna al muy leal Ecuyer de Versalles, el Marques de la Bigne, uno de los más distinguidos de los eminentes maestros del Antiguo Regimen. ¡Por una apuesta cabalgó sobre su caballo a galope lento y constante por el patio delantero del Palacio de Versalles, utilizando como filete el proverbial hilo de seda!)
Grisone y los maestros clásicos, incluido el maestro de todos ellos, Francois Robichon de la Gueriniere, empleaban en el trabajo de equitación de la escuela el cave,con, un arreo casi exactamente igual al cabezón de doma actual. La palabra cave,con se aplica a un cabestro que va bajo la brida al estilo militar pero, naturalmente, tiene su origen como ayuda escolar o de control en la careta y en aquellas muserolas claveteadas de la antiguedad. En sus formas más severas, no era más que un instrumento de tortura. Thomas Blundeville (1565) dijo de los jinetes ingleses que empleaban la muserola de cadena (derivada directamente de la práctica árabe, pero mucho más pesada y, al parecer, usada con menos gracia) que los consideraba demasiado severos "porque hacia que sufriera el blando cartilago de la delicada nariz". La muserola, hecha de hierro retorcido, era un artefacto similar, tambien condenado por Grisone como contraproducente por ocasionar "con su violencia...que la nariz se eleve en el centro como el pico de un halcón".

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