viernes, 23 de marzo de 2012

Equilibrio

El caballo no ejecutará con armonía los diferentes ejercicios si no posee la aptitud adecuada y no posee equilibrio. El equilibrio perfecto es, a decir verdad, una de las cualidades del caballo bien dotado; el equilibrio y demás cualidades innatas pueden ser acentuadas por un trabajo sistematico.
El hombre tiene necesidad de un aprendizaje bastante largo para poderse desplazar en equilibrio; bajo este punto de vista, el hombre esta mejor dotado que el caballo: la vertical de su centro de gravedad cae en sus pies. Ello no impide que el niño experimente serias dificultades cuando da sus primeros pasos; igual que el adolescente cuando tenga que practicar la gimnasia, para aprender a andar y a bailar con ligereza y con gracia.
Existen pocas criaturas que tengan sin preparación gimnástica un movimiento bonito. todo esto es lo mas conveniente para el hombre y mucho mas para el caballo.
En este ultimo, el peso es llevado por cuatro miembros. El peso se reparte sobre las manos y las patas, pero son las manos las más cargadas.
El caballo tiene mucha dificultad para establecer o mantener equilibrio, lo cual es condición esencial para el movimiento correcto. A esta dificultad se añade el peso del jinete, que también carga el caballo, sobre todo en sus manos. Sobreponer o hacer coincidir los dos centros de gravedad de los dos seres vivos es lo esencial del arte ecuestre.
El caballo tiene mucha dificultad para establecer o mantener el equilibrio, que es mucho mayor que el del hombre. Todo jinete que ha tenido ocasión de desbravar potros conoce, sin duda, la torpeza de su andar cuando se les monta por primera vez. Este fenómeno se explica por el hecho de que el caballo teniendo que llevar un peso desacostumbrado, el del jinete, debe empezar por mantener el equilibrio.
Existen pocos caballos que tengan por naturaleza equilibrio 8es decir que sepan repartir el peso igualmente entre las manos y las patas). Sin embargo hay caballos que facilitan esencialmente el trabajo de los jinetes;  a estos últimos se les llama "caballos de silla natos". Pero la mayoría de los caballos llevaran la mayor parte de su peso con las manos, costumbre que se acentúa aún más cuando el jinete lo monta. El domador deberá dedicarse principalmente a establecer equilibrio, trayendo bajo la masa o hacia el centro de gravedad las patas para que éstas carguen con más peso y por consiguiente se descarguen las manos.
Añadamos que, al mismo tiempo que existe un equilibrio físico, aparece un equilibrio moral, por el cual el caballo puede efectuar un trabajo de forma regular y con tranquilidad.

Texto extraído del libro "La equitación clásica" de Alois Podhajsky

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